Fukushima…
¿Qué mas debemos de aprender?
*Por César Augusto Núñez Torres.
Hace poco circulaba en internet un documento que
recomendaba no lloviznarse en los próximos días debido a que seguramente el
agua estaría contaminada con la radiactividad proveniente del Japón, lo que si
no advertía el correo es que de ser cierto, el problema no era mojarse bajo la
lluvia, el problema sería mucho más serio, ya que el agua lluvia surte los ríos,
es decir no solamente no deberíamos mojarnos bajo la lluvia, sino tampoco bajo
la regadera y menos aún tomar el agua de la llave, para beber o cocinar. Este
pensamiento bastante lineal nos ilustra de la poca comprensión que tenemos de
nuestro entorno y del funcionamiento del planeta, de igual forma de nuestra
poca memoria. Hace poco veíamos en las ya casi olvidadas imágenes “de los 50” obreros de
la central nuclear de Fukushima tratando de impedir el derretimiento del
reactor nuclear para impedir la gran tragedia, personas condenadas a muerte,
sacrificadas por el honor del que son expertos los japoneses.
Este pueblo fue el primero en conocer los estragos de
la energía nuclear, como resultado de la segunda guerra mundial, una guerra en
que los Estados Unidos bombardeo Nagasaki e Hiroshima, conocimos así el horror
de las bombas atómicas. Tal vez el
recuerdo más impactante de este hecho fue la historia de “Sadako y
las mil grullas (pajaritas) de papel”. Sadako era
una niña japonesa que tenía dos años, cuando estallo la bomba nuclear sobre su
pueblo, quedando condenada a sufrir de leucemia, enfermedad que la mataría
cuando tuviera once años, Sadako no
quería morir, por eso comenzó a hacer mil grullas de papel (pájaras de papel
con la técnica de origami), se había enterado por una antigua leyenda japonesa,
que quien lo logrará, se le concedería un deseo, no bastaron los papeles que
estaban a su lado, Sadako murió cuando llevaba 644 grullas, su enfermedad no le
dio más tiempo, su historia fue conocida por los niños del Japón, que para el
día de su entierro habían hecho más de diez mil grullas que adornaban su lápida.
La tarea estaba lista…En Hiroshima existe una estatua de Sadako, una niña que
juega con un pájaro de papel dorado, a sus pies se lee “This is our cry. This is our prayer.
Peace in the world.”. Cada año su estatua se viste de pajaritas de papel.
No contentos
con las bombas atómicas y los cientos de “Sadakos”, iniciamos una carrera
nuclear con el fin de construir centrales nucleares, para la generación de
electricidad; pero también, la cuota inicial para acceder a los arsenales
nucleares, ya que los residuos de estas plantas son utilizados para tal fin.
Países como Corea del Norte e Iran defienden hoy su derecho a ingresar al club nuclear.
Los incidentes nucleares no son
nuevos ni poco frecuentes, afortunadamente muchos de ellos no han sobrepasado
los niveles de riesgos para las personas, en este orden de ideas podemos hablar
de los tres más importantes, el primero de ellos denominado “Three Mile Island” en Estados Unidos, comenzó
el 28 de marzo, cuando el reactor No 2 por falla en la alimentación de los
generadores de vapor, mas una serie de fallas humanas y técnicas, generaron una
fusión de una parte del combustible del reactor, lo que provocó una explosión
sin causar daños mayores, afortunadamente los materiales radioactivos no
quedaron expuestos al ambiente El
segundo es Chernobyl, el 26 de abril, el
reactor No 4 debido a fallas en los sistemas de refrigeración, provoco que las pastillas de uranio explotaran levantando la cubierta y
quedando el reactor al aire libre, generando una contaminación radioactiva
quinientas veces superior a la generada por la bomba nuclear de Hiroshima, Todo
bajo el manto de silencio de la URSS. La contaminación más fuerte se generó
durante la explosión, llevo productos radiactivos a mas de 1200 metros de
altura, igualmente restos de la central, de uranio, de polvo y pequeñas
partículas, que junto el gas generaron
una nube radioactiva que contamino aguas, pastos, alimentos…, igual que la nube
le dieron la vuelta al mundo.
Aun no se sabe la cantidad exacta de muertes
que provocó, y menos aun la cantidad de canceres generados por la radiactividad.
Se estima que más de 600.000 personas sufrieron las consecuencias del
desastre, de ellos más de 200.000
personas (los liquidadores) que trabajaron en la limpieza del reactor y la
construcción de un “sarcófago” que encierra la planta, y que hoy en día, es
necesario reconstruir, ya que está presentando fugas radioactivas.-¿Cuáles son
los costos reales de producir energía de esta forma?- Chernóbil contaminó un área de hasta 500
km alrededor de la planta, y 30 km
alrededor de la misma sigue siendo
aún una zona de exclusión y deshabitada, precisamente en ese perímetro se
encuentra la ciudad fantasma de Prípiat, hoy lugar de destino turístico extremo, al
igual que en México, la visita a los pueblos que mas muertos han puesto a causa
del narcotráfico. ¡Rendimos culto a la muerte!
En Fukushima, el incidente nuclear comenzó el 11 de marzo, por el sismo de
magnitud 9 y el consecuente tsunami que genero, este sismo es catalogado el
peor del Japón, los sistemas de emergencia inicialmente funcionaron pero luego
se detuvieron, no solo por fallas técnicas, sino además por la falta de
conexión al sistema eléctrico que impulsa el agua de enfriamiento. Los
reactores 1, 2 y 3, fueron detenidos automáticamente pero siguieron
calentándose hasta llegar a una fusión parcial, - cabe anotar que un reactor en
condiciones normales solo se puede apagar totalmente casi tres meses después de
iniciada la operación -. La acumulación de hidrógeno provocó explosiones, una
de las cuales podría haber dañado el recinto de confinamiento del reactor
número 2, además un incendio provocado en el reactor 4 afecto la piscina de
almacenamiento de combustible usado, generando un riesgo de expulsión de
material a la atmosfera, todo esto a pesar de las advertencias que sobre
seguridad las agencias especializadas habían hecho frente a la seguridad de las
centrales nucleares japonesas
En Fukushima, no se tienen aun datos precisos del efecto generado, sabemos algo
del agua radiactiva vertida al mar, de los 50 héroes que se expusieron a la
fuerte radiación, pero lo peor es que esta población ya se siente estigmatizada
y discriminada, a pesar de que la contaminación no es contagiosa, pero aun así
la peste de sus tragedia los sigue.
Estos tres casos, ojala los últimos, nos recuerdan el riesgo, no solo de
una guerra nuclear, sino los accidentes nucleares, la única diferencia entre
las dos es la explosión inicial de las bombas nucleares lo demás sigue siendo
igual, sabemos que los japoneses son muy previsivos, pero, ¿cómo aun sabiendo
de las consecuencias de la radiación se han obstinado en la energía nuclear?
Tal vez hay cosas que la mente humana
aun no está preparada para manejar y en ese caso me uno a un poema de William
Ospina:
“Voluptuosidad de conocer, no me apartes jamás de los
propósitos de la tierra.
Haz que yo sea siempre el discreto aprendiz
de este anciano milenario.
Y que mi mano no sueñe jamás con hacer
más bella a la rosa, más brillante a la estrella.”
Ojala nunca tengamos que huirle a la
lluvia…ojala que nunca tengamos que
hacer mil pajaritas de papel…
* Profesor de tiempo completo de la Universidad de Ibagué. Adscrito al
programa de Administración del medio ambiente y los recursos naturales
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